Ricardo Martínez Conde
Diario de Córdoba
Córdoba
Saint-Beuve (1804-1869) podríamos decir que es un heredero natural de la consideración que la critica literaria alcanzó años antes en Inglaterra de la mano de ese gran erudito que fue Samuel Jhonson. El autor era temido en Francia, a sabiendas de que su veredicto creaba opinión influyente dentro del panorama cultural de su país. Y no es que fuese un ejemplo de modernización crítica en vida; aún así, tal vez por prudencia o desconfianza, el caso es que se guardó muchas de sus opiniones que, leídas hoy, resultan no solo chocantes, sino casi dinamiteras. Léase si no cómo alude a la obra de su aparente amigo Víctor Hugo: «Vulgaridad. Astucias que saltan a la vista». Este libro póstumo dice ser auténtico y sincero desde su propia concepción del todo cultural, ya no solo de los escritores contemporáneos. Cuando escribe acerca del amor y las mujeres no duda en sentenciar: «Ocho días de amor, como hacen tantas mujeres a la moda, es demasiado o demasiado poco. ¡Un cuarto de hora o siempre!». ¿Es conciliador cuando dice «todo verdadero poeta tiene en su carcaj una flecha de Apolo»? Quizás lo apropiado sea combinar esta lectura con Renard, por aquello de lo verdadero como vario; la complementariedad.